Tenerife

Si la primera impresión es la que cuenta, es vital decidir con antelación a qué aeropuerto de Tenerife se quiere llegar.

El aeropuerto de Los Rodeos, al norte, está en una zona frondosa, húmeda y con bastante niebla. El aeropuerto Reina Sofía, al Sur, se encuentra en una zona tremendamente árida y descuidada, con el aspecto de un solar gigante en medio de una gran ciudad. Esta es la realidad de Tenerife, una isla donde el Teide comunica dos zonas que no se parecen absolutamente en nada.

Nosotros llegamos al aeropuerto sur, y nos recibió un calor y una humedad insoportables que no nos darían tregua hasta pasados varios días. Por eso, al día siguiente decidimos refugiarnos en el aire acondicionado del coche de Yago y hacer una ruta bordeando toda la isla, para tener una introducción de lo que nos podía ofrecer la isla en la semana que íbamos a estar allí.

Sin embargo, las dificultades logísticas con las que nos encotramos, unidas a las tórridas temperaturas que sufrimos los primeros cuatro días y a la recién descubierta (por nuestra parte) afición de Yaguito a paisajes por donde las cabras tendrían miedo de subir, hicieron que al final echáramos en falta pasar más tiempo en zonas como la Orotava o Garachico. Queda apuntado para una siguiente visita con más tranquilidad.


Paisajes del Sur



La zona de Los Cristianos, más parecida a una macrourbanización que a una ciudad con un mínimo ordenamiento urbano, es el centro turístico del sur de la isla. Las playas son pequeñas y negras por la arena volcánica.


La zona suroeste de Tenerife es muy escarpada, con espectaculares acantilados como el de Los Gigantes.


Nuestros primeros días sufrimos una tormenta de arena impresionante.



En nuestra tórrida ruta por la carretera de la Medianía, el mayor aliciente que encontramos fue la de comer gratis en las fiestas de un pueblecito chiquitito chiquitito... Nuestro primer contacto con la gastronomía local: Pescado, gofio, papas arrugadas y paisanos bailando rancheras.


En Tenerife hay varios árboles famosos: el Drago milenario en Icod de los Vinos y el Pino Gordo, en Vilaflor, la población española con más de 1000 habitantes situada a mayor altura (1400 metros y a unos 10 kilómetros de la costa). Aquí pillamos a una ardilla a punto de trepar grácil y veloz por el tronco. Le tapamos la cara por si lo ve algún menor de edad.


Paisajes del Norte


Durante 200 años, el puerto de Garachico fue el más importante de la isla, desde donde zarpaban multitud de barcos hacia Europa y América. Pero una erupción volcánica lo arrasó en 1706, conviertiendo la costa en un paisaje de angulosas coladas de lava. Estas formaron unas piscinas naturales conocidas como el Caletón, usadas actualmente por la gente para refrescarse.


Vista de Garachico desde la carretera que va a El Tanque.


Vista del Teide sobre el Valle de la Orotava, en el que se encuentra Puerto de la Cruz. Esta zona es uno de los centros turísticos del norte de la isla.


En Icod de los Vinos se encuentra el Drago Milenario, que salía en la parte de atrás de los billetes de 1000 pesetas de Benito Pérez Galdós. Es un poco atracción de feria, pues hay que pagar para verlo de cerca.


La playa principal de Santa Cruz de Tenerife se llama Las Teresitas. Se encuentra al norte de la ciudad y es una playa artificial construída con arena traída del desierto.


Justo el día después de estar en Garachico se produjeron varios incendios de importancia en la isla. La zona del oeste (Punta de Teno) quedó aislada, y los fuegos duraron varios días hasta que consiguieron ser sofocados. Esta foto esta tomada desde el mirador de Chipeque, en la carretera que va de La Esperanza al Teide. Las luces en primer plano corresponden al Valle de la Orotava, y en la parte superior izquierda se ven dos de los focos de los incendios.

En la misma carretera del Teide a La Esperanza se encuentra esta curiosa formación geológica conocida popularmente como La Tarta. O eso o se han quedado con nosotros.


Paisajes Patrimonio de la Humanidad



La gastronomía canaria nos encantó. A una mezcla de recetas europeas y sudamericanas se une la presencia de muchos productos autóctonos que se ven favorecidos por el clima de las islas. Una de las recetas más típicas son las papas arrugadas, que se suelen hacer con un tipo de pequeña patata local llamada papa negra y están tremendas...

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