Gante

A medio camino entre Bruselas y Brujas se encuentra la ciudad flamenca de Gante. En el siglo XII llegó a ser una de las ciudades más grandes de Europa (superando a Londres, Colonia o Moscú), y aún conserva un casco histórico medieval espléndido.

El horizonte de la ciudad está dominado por tres torres medievales imponentes, la de la Iglesia de San Nicolás, la del Campanario, y la de la Catedral de San Bavo, un santo local.



La Iglesia de San Nicolás, de un estilo gótico típico de la zona, fue construida en el siglo XIII. Al fondo a la derecha se ven también las torres del Campanario y de la Catedral.



El Campanario, de 91 metros de altura, fue contruido en el siglo XIV durante casi 70 años. La parte superior del mismo ha sido reconstruida varias veces para ir alojando las cada vez más numerosas campanas dedicadas. El edificio que tiene en su base, construido originariamente como oficina central para el comercio de ropa que enriqueció la ciudad en la Edad Media, alberga actualmente la oficina de turismo.



La Catedral de San Bavo fue comenzada en estilo románico en el siglo X, pero se siguió ampliando durante los siglos XIV a XVI con añadidos de estilo gótico. Se dio finalmente por terminada en 1569. En ella fue bautizado Carlos V, oriundo de esta ciudad. Su interior alberga pinturas de Van Eyck y Rubens.



El Castillo de Gravensteen fue contruido a finales del siglo XII por el conde Felipe de Alsacia, con el estilo de los castillos cruzados que se fue encontrando en su participación en la Segunda Cruzada. Fue usado como casa de los Condes de Flandes, como prisión, e incluso estuvo a punto de ser demolido por su ruinoso estado en el siglo XIX. Finalmente fue objeto de una completa restauración, no exenta de polémica.


El paseo Graslei es uno de los escenarios más turísticos de Gante.


Iglesia al final de Graslei.


Típicas casas de colores flamencas.



La ciudad está bañada por dos ríos, el Scheldt y el Lys, por lo que está llena de puentes y canales.



Actualmente Gante es un importante núcleo universitario. Cuando te bajas del tren la primera visión es un parque literalmente atestado con cientos de bicicletas.



En Bélgica asistimos a escenas realmente curiosas. Aquí, un grupo de japonesas en minifalda iban bailando por la ciudad acompañadas de una banda de música. Inútil buscarle sentido...


Si Juana la Loca viera para lo que han quedado los antiguos edificios públicos...

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