Sin lugar a dudas, uno de los lugares más mágicos y exóticos en los que hemos estado es la Capadocia, en el interior de la península de Anatolia.
La rica variedad de poblaciones que se establecieron en la zona va desde los hititas (1800 a.C.), pasando por los persas, los romanos, los bizantinos, los selyúcidas o los otomanos.
La zona se caracteriza por poseer una geología única. El suelo del lugar está formado por un terreno volcánico con una primera capa dura y frágil y un interior más blando y permeable, que tras miles de años de erosión ha adquirido multitud de formas exóticas. Además, el terreno era lo suficientemente blando como para que para los habitantes fuera más fácil excavar la roca que levantar edificios, por lo que la región es un hervidero de cuevas, ciudades subterráneas y templos excavados en las paredes de los acantilados.
Esta combinación de belleza natural y rico patrimonio histórico y cultural ha hecho que fuera incluida en la lista del Patrimonio de la Humanidad en 1985.
En el corazón de la región se encuentra la hermosa aldea de Göreme, una población enclavada entre chimeneas de hadas (en la segunda parte de esta entrada explicaremos más en detalle qué son estas estructuras) y rodeada de hermosos valles excavados en la roca. Aprendiendo a vivir del turismo, esta población se está llenando de hotelitos excavados en la roca y restaurantes de comida rápida. A pesar de ser un pueblo pequeño, tiene bastante bullicio y movimiento a todas horas.
En las afueras del pueblo se encuentra el Parque Nacional de Göreme, conocido habitualmente como el Museo al aire libre de Göreme. Este conjunto de iglesias, capillas y monasterios bizantinos excavados en la roca es uno de los paisajes más famosos del país, y una visita absolutamente obligatoria. Sus interiores conservan aún hoy unos frescos de siglos de antigüedad que resultan espectaculares.
Cerca de Göreme se encuentra el más tranquilo pueblo de Uçhisar. El principal reclamo del pueblo es el castillo de Uçhisar, un alto promontorio de roca volcánica repleto de túneles y ventanas. Ofrece una vista soberbia de los alrededores, y subir a ver la puesta de sol desde su cima es una actividad típica entre los turistas de la zona.
Sin embargo, el castillo en sí no ofrece nada especialmente interesante y tanto el mantenimiento como la limpieza de la zona deja bastante que desear. Este es el punto más alto de la Capadocia, y la denominación de "castillo" corresponde a su forma, no a que tuviera esas funciones en algún momento.
1 comentario:
Todo un placer, encontrarme con este sitio y callejear por sus entradas.
Enhorabuena.
Pip
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