Afrodisias

Al pocos kilómetros al oeste de Denizli se encuentran los espectaculares restos de la ciudad griega de Afrodisias.

En esta ciudad se desarrolló un culto único en el mundo a Afrodita, la diosa griega del amor. Al igual que Artemisa, con un importante culto en Éfeso, esta deidad guarda relación con la antigua diosa anatolia de la fertilidad, Cibeles.

La ciudad se encontraba cerca de una cantera de mármol de excelente calidad, por lo que desarrolló una escuela de escultura que en el período romano se hizo famosa en todo el imperio. No en vano, se han encontrado reproducciones de la imagen local de Afrodita en zonas tan distantes como Portugal, y en el yacimiento se han desenterrado infinidad de estatuas y estudios escultóricos.

Sin embargo, cuando el imperio romano se convirtió al cristianismo, se hicieron esfuerzos por eliminar el carácter orgiástico y pagano del pasado de la ciudad. Se cambió el nombre por el de Stauropolis (Ciudad de la Cruz), el Templo de Artemisa se convirtió en una basílica y se estableció en la ciudad la sede de un arzobispado.

Situada a la entrada de la ciudad se encuentra el tetrápilo, la Puerta Principal. Bastante bien conservada, su característica imagen en una pequeña pradera y con las montañas al fondo se ha convertido en la seña de identidad del yacimiento.



Al parecer en primavera brotan a su alrededor las amapolas, formando una estampa muy bonita. Cuando nosotros llegamos, en pleno Agosto y bajo un sol abrasador, quedaban más bien pocas...



La construcción más importante de la ciudad es el Templo de Afrodita, bastante alterado tras su reconversión en Basílica en el siglo VI. Resulta curiosa la vida de estas piedras: de ser escenario de orgías en honor a Afrodita a formar parte de una basílica. Qué cosas...



El Bouleuterion, un foro de discusión pública, se ha conservado extraordinariamente bien, ya que pasó casi un milenio sepultado por una capa de barro. Aún conserva los colores negros y blancos de los mármoles originales.



El estadio data de finales del siglo II d.C.. A pesar del tiempo transcurrido, aún resulta impresionante pasear por la arena. Con sus 270 metros de longitud, es uno de los más grandes y mejor conservados del mundo clásico.



Vista del teatro, con capacidad para 7000 personas en asientos individuales.



Restos del Palacio Episcopal.


El momento de gloria de los atletas al saltar a la arena del estadio

Escenas reales de una desgarradora carrera.


Desde el párking hasta el yacimiento se va así de cómodo y elegante. No apto para posaderas delicadas...


No hay comentarios: