Estambul (Parte 2)

Continuamos la entrada anterior de Estambul, y seguimos todavía sin salir del distrito de Eminönü, el corazón de la ciudad situada en el interior de las Murallas de Constantino.

Si en el post anterior nos centramos en la zona de Sultanahmet, el extremo oriental que da al Bósforo, ahora nos trasladamos hacia el interior del distrito, para visitar otros de los lugares más interesantes de la ciudad.

La primera parada es el famosísimo Gran Bazar de Estambul, uno de los mayores del mundo. Este complejo de más de 58 calles techadas e interconectadas recibe casi medio millón de habitantes cada día.

Aunque impresiona un poco entrar a tal tumulto por unas puertas vigiladas por guardias armados, no es tan fiero como lo pintan. Nuestra experiencia es que el grado de insistencia de los vendedores no es tan fuerte como el del Bazar Egipcio, donde sí llega a ser un poco incómodo el simplemente pasear echando un vistazo a las cosas.

En las tiendas, agrupadas por zonas según las mercancías, puedes encontrar infinidad de prendas de ropa, joyas, especias o alfombras.

Lo que son las cosas. Quién nos iba a decir a nosotros que el Gran Bazar estaba techadito, tenía aire acondicionado, vigilancia en las puertas... Infinitamente más cómodo que el Rastro de Madrid.

Muy cerca se encuentra la Universidad de Estambul, que data de mediados del siglo XIX. La madraza (escuela teológica) que se considera como su precursora fue fundada por Mehmet II nada más conquistar la ciudad en 1453 en este mismo lugar.

Portada de la universidad de Estambul.

Situada en los propios jardines de la Universidad de Estambul se encuentra la Torre Beyazit. Esta torre, de 85 metros de altura, fue contruida por el sultán Mahmud II a principios del siglo XIX como torre de vigilancia frente a incendios.

El fuego llegó a ser una importante amenaza para Estambul, y causó numerosos desastres. Tal es así que la actual torre de piedra vino a sustituir hasta a tres torres anteriores de madera que fueron arrasadas en incendios incontrolados o revueltas populares.

En esa época, la ciudad se encontraba permanentemente vigilada por tres torres, la Torre Beyazit, la Torre Gálata y la Torre Icadiye, situadas en elevaciones estratégicas. Cuando se avistaba un fuego, se transmitía la información con un código de cestas (por el día) y lámparas de colores (noche) que inmediatamente informaban el distrito afectado.

Actualmente se usa como torre de vigilancia y como emisora de información metereológica y marítima sobre el Cuerno de Oro.

Caminando hacia el norte se encuentra la hermosa Mezquita de Suleiman.

Una de las más bellas de la ciudad, y la segunda más grande, fue mandada construir por el sultán Suleiman I el Magnífico en 1550 en la cima de una de las colinas de Estambul. El arquitecto fue uno de los más famosos de todo el arte otomano, Mimar Sinan, quien intentó hace una mezquita que comparase en armonía y belleza con la bizantina Santa Sofía.

Inspirado probablemente por los movimientos artísticos europeos (era contemporáneo de Miguel Ángel y Juan de Herrera entre otros), buscó un refinamiento de líneas y una decoración interior sutil y proporcionada. No obstante, con la cúpula más alta hasta la fecha de todo el imperio otomano, recurrió a una concepción arquitectónica totalmente nueva en el arte bizantino: escondió ingeniosamente los contrafuertes necesarios para soportar su peso en las paredes exteriores, usando para ello unas galerías de columnas laterales.

En el jardín exterior puede visitarse el mausoleo de Suleiman I y su esposa Roxelana, así como la propia tumba del arquitecto Sinan.

El edificio sufrió varios incendios y derrumbes, y no fue restaurada a su forma original hasta 1956. Cuando fuimos nosotros (verano de 2008) el interior estaba en obras, y sólo era accesible al público un pequeño ala lateral.

Esta era la única zona visitable por esas fechas. El esquema de colores rojo-blanco nos recordaba a la Mezquita de Córdoba.

Su ubicación en una colina le hace dominar todo el ajetreado panorama de la orilla sur del Cuerno de Oro.

Continuando el trayecto hacia el norte en dirección al Cuerno de Oro nos encontramos con el segundo bazar cubierto más grande de la ciudad, el Bazar de las Especias o Bazar Egipcio.

La palabra turca para Egipto y Cereal es la misma (misir), por lo que no está claro si el nombre le viene por las especias egipcias o por los cereales que se vendían aquí originariamente .

Fue construido como parte del complejo de la Mezquita Nueva, y nuestra experiencia es que es bastante más incómodo (aunque mucho más pequeño que el Gran Bazar). El acoso es bastante mayor, y tampoco se encuentran muchas más cosas que en el otro (salvo que quieras comprar pescado, cosa que no vimos en el Gran Bazar y sí en este). Nosotros hicimos una visita rápida, compramos un par de tipos de curry y salimos pitando esquivando a los vendedores que se te interponían y te intentaban impedir ir en otra dirección que no fuera su tienda.

Foto típica de Estambul. Los montoncitos de colores con infinidad de especias.

Como decíamos, el bazar se encuentra al lado de la Mezquita Nueva, un calificativo que sólo en esta ciudad se le puede aplicar sin sonrojarse a un edificio de más de 400 años de antigüedad.

Iniciada su construcción por un aprendiz de Mimar Sinan en 1597, lo polémico de su ubicación (entonces el barrio era de mayoría judía) y lo costoso de las obras hizo que, tras varios abandonos, la mezquita no se terminara hasta 1665.

Situada estratégicamente en el Cuerno de Oro, justo donde el Puente Gálata une las dos partes europeas de la ciudad, su visión desde el puente con Santa Sofía y el Palacio Topkapi al fondo es un clásico de las panorámicas locales (El Topkapi está a la izquierda, en esta imagen no sale).

El puente sobre el Cuerno de Oro más cercano al Bósforo, que conecta los barrios de Karaköy y Eminönü, es el llamado Puente Gálata.

Este es uno de los lugares más concurridos de la ciudad, y consecuentemente también es donde nosotros encontramos una mayor cantidad de vendedores ambulantes de todo tipo, mendigos y niños acosadores que pueden llegar a ser bastante insistentes.

Se puede atravesar por la parte superior, por donde circulan los coches y se sitúa la miríada de pescadores que aparece por allí todos los días, o por la inferior, una galería repleta de cafés de dudoso precio y/o gusto.

Vista de la cubierta del puente, con el barrio de Karaköy y la Torre Gálata al fondo.

La orilla sur del Cuerno de Oro a su paso por el Puente Gálata es un bullicio constante de vendedores, turistas y barcos-barbacoas. Cuidado con las indigestiones...

Al norte del puente, en el barrio de Karaköy, el panorama se encuentra dominado por la silueta de la Torre Gálata.

Fue construida en por los genoveses en 1348 bajo el nombre de Torre de Cristo, siendo una de las torres de defensa de la ciudadela genovesa que había en la orilla opuesta a Constatinopla. llamada Gálata.

La torre tiene unos 67 metros de altura incluyendo el cono superior, y se encuentra en una colina a unos 35 metros sobre el nivel del mar. La parte superior alberga un club nocturno y un restaurante con unas espléndidas vistas de la ciudad (o eso dicen).

Continuando por el barrio de Karaköy hacia el norte, y siguiendo la avenida que va paralela al Bósforo, nos encontramos con el Complejo Kiliç Ali Pasha, diseñado por un nonagenario Mimar Sinan en la década de 1580. Originariamente estaba en la costa, pero el terreno adyacente se fue ganando al mar y ahora se encuentra rodeado de edificios.

Como la mayor parte de las mezquitas otomanas, el edificio se concibe como núcleo de una institución mayor que contiene un hamam (baños turcos), una madraza (escuela teológica), un mausoleo y una fuente. Muchas otras mezquitas incluían además instituciones de caridad, hospitales o mercados.

El complejo recibe el nombre del Capitán General de la Marina otomana de la época, Kiliç Ali Pasha, de origen calabrés. Gobernador entonces de la Argelia otomana, el propio Cervantes (quién lo conoció durante su cautiverio por los piratas de la Berbería) se refiere a él en Don Quijote como Ucciali, el último gran corsario.

Incluso, el investigador turco Nuri Ileni va más allá, pues tras investigar los documentos fundacionales del complejo afirmó que uno de los esclavos que construyó el complejo fue el propio Miguel de Cervantes. Aunque la falta de más referencias en este sentido no nos deja muy convencidos.

Imagen de la Mezquita, considerada una versión reducida de Santa Sofía, con la Fuente Tophane en primer plano.

Nuestra última parada la realizamos en las cercanías de este complejo, donde se encuentra la hermosa Mezquita Nusretiye.

Alejada de los circuitos comerciales, su estilo barroco la hace única en la ciudad.

Por la noche la vista es impresionante. En lo alto de una colina que baja hacia el Cuerno de Oro, si la conseguís pillar con la Luna justo detrás al anochecer (lástima que fuéramos en coche y no pudiéramos pararnos a hacer fotos), os aseguramos que la instantánea es espectacular. Paco, ¡toma nota!

Además de la omnipresente Wikipedia, para documentarnos hemos encontrado este interesante artículo sobre las mezquitas de Sinan en Estambul.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Tomo nota, tomo nota :-)

Ahora, para maravilla...¿qué tal un eclipse de Sol?

Foto 1

Foto 2

Un abrazo,
Paco

M & R dijo...

Macho eres una enciclopedia con patas... Seguro que jugando al "Yo nunca..." siempre perdías :D