Berlín (Parte 1)

Berlín fue una ciudad que nos dejó encantados. Sin tener la magia de Praga o el cosmopolitanismo salvaje de Nueva York (toma ya!), es una ciudad muy acogedora, con una oferta cultural impresionante y una población joven, abierta y muy dinámica.

Cuando paseas por ella da la impresión de que se ha reinventado a sí misma constantemente. Por las calles se alternan indistintamente edificios neoclásicos, moles comunistas, modernas estructuras de cristal y acero...

La cantidad de imágenes que nos resistíamos a descartar es tal que hemos decidido dividir esta ciudad entre varios posts. Así que venga, a disfrutar con el capítulo uno: El Berlín anterior a la Primera Guerra Mundial (interpretación libre).


El ayuntamiento de Berlín, llamado Ayuntamiento Rojo por motivos evidentes, fue contruido en estilo renacentista a mediados del siglo XIX. Como la gran mayoría de los edificios de la ciudad, tiene un pasado turbulento: mayormente destruido durante la Segunda Guerra Mundial, fue reconstruido siguiendo los planos originales en la década de 1950. Durante la división de la ciudad fue el ayuntamiento de la zona comunista.

De estilo neoclásico, la Catedral de Berlín fue mandada construir a finales del siglo XIX por el emperador Guillermo II. Pretendía ser una contrapartida protestante a la Basílica de San Pedro del Vaticano, para luchar contra la influencia católica. Fue seriamente dañada por los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial, y su reconstrucción, comenzada en 1975, no finalizó hasta 1994, contando con un nuevo diseño de la parte superior de menor altura y complejidad que la original.

La Puerta de Brandeburgo fue construida a finales del XVIII, siguiendo el modelo de la puerta de acceso a la Acrópolis de Atenas, en el lugar donde se encontraba una de las 18 puertas de la muralla de Berlín. Situada ahora en pleno centro de la ciudad, ha sido telón de fondo de la historia reciente de la misma por su ubicación justo en la divisoria entre la zona comunista y la democrática.

La Columna de la Victoria se construyó con la intención de conmemorar una victoria prusiana contra Dinamarca en 1864, pero la incontinencia militar de Prusia hizo que cuando estuvo terminada en 1874 se añadieran dos victorias más a la lista: contra el Imperio Austríaco y contra Napoleón III. Aunque inicialmente fue colocada frente al Reichstag, los nazis la trasladaron a su ubicación actual, en medio del inmenso parque urbano de Tiergarten, conservándose milagrosamente en pie tras el final de la batalla de Berlín.

La plaza de Gendamenmarkt es un rincón espléndido. Flanqueada por la Catedral Alemana, el Auditorio Nacional (traducción libre) y la Catedral Francesa (en la foto en ese orden), fue construida a finales del siglo XVII, severamente dañada en la Segunda Guerra Mundial y reconstruida posteriormente.

El Bundesrat era la Cámara Principal del Parlamento del Reino de Prusia desde mediados del siglo XIX hasta la Primera Guerra Mundial. Actualmente es la cámara de representación de los dieciséis Estados Federados de Alemania, y el edificio que la acoge data de 1904.

La Iglesia de San Nicolás es el edificio más antiguo de Berlín. Sus orígenes se remontan a 1230, y es el único ejemplo de arte románico de la ciudad. Tiene añadidos góticos, renacentistas y barrocos, siendo las agujas colocadas a finales del XIX. Durante la Segunda Guerra Mundial fue gravemente dañada, y se recuperó en los años 80 en el marco de un proyecto de la RDA que pretendía reconstruir el barrio de San Nicolás para conmemorar los 750 años del nacimiento de la ciudad, ya que este barrio fue, en el siglo XIII, el germen de la actual Berlín. De toda esta parrafada hay que quedarse con un concepto: Aquí no dejan descansar tranquilo a ningún edificio.

La iglesia evangelista de Santo Tomás, del siglo XIX, se encuentra en el barrio de Kreuzberg. Es un barrio deprimido con una fuerte población turca del cual te recomiendan los kebabs y tener cuidado por la noche. Aquí le sobrevino al pollo su vocación infantil cuando vió una manada de niños de guardería hablando en español. ¿Guarderías españolas en Berlín? ¿La influencia de las giras alemanas de Héroes del Silencio? ¿La emisión por TVE internacional de los fruitis? Habrá que seguir investigando...


La payasada que no podía faltar. El oso, símbolo de Berlín, se encuentra en todas las esquinas, pero si llenas un barrio gótico como San Nicolás de tiendas de recuerdos repletas de osos el ambiente medieval pierde algo de efecto... sobre todo si los turistas son tan poco serios como la joven de la imagen. Atención a la cara de los osos de "yo a esta no la conozco".


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