Salzburgo

Aunque hacen difícil darse cuenta, Salzburgo es más que el sitio donde nació Mozart o se rodó Sonrisas y Lágrimas. Con el impresionante paisaje de los Alpes a pocos kilómetros, su magnífica fortaleza dominando la ciudad y su precioso casco antiguo, la ciudad tiene bastante más de lo que la hiperexplotación turística muestra en cada esquina.

La silueta de la ciudad está llena de torres y campanarios.

El paisaje de la ciudad está dominado por la imponente fortaleza Festung Hohensalzburg. Este castillo, de más de 900 años de antigüedad, es uno de los fuertes medievales más grandes y mejor conservados de toda Europa.

La fortaleza se encuentra en la colina Festungsberg, delimitando el casco antiguo.


Nota friky: ¿Soy el único al que esto le recuerda al Árbol Blanco de Minas Tirith? (Vaaale, ya sé la respuesta...)

Aunque la visita al interior de la fortaleza es muy interesante, lo mejor sin duda son las vistas.

La Catedral de Salzburgo, del siglo XVII y de estilo barroco, se encuentra en el centro del casco antiguo. La primera catedral ocupó su lugar en el siglo VIII, en un sitio que ya era un lugar sagrado en la época de los celtas.

Vista de la Catedral desde el camino que sube a la fortaleza.


A los lados de la Catedral se encuentran varias plazas muy pintorescas. A pesar del frío (intensísimo), había bastante gente paseando.

El casco antiguo (Altstadt) de Salzburgo fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1997, siendo uno de los barrios barrocos mejor conservados de Europa. La instalación de comercios modernos se ha hecho con bastante buen gusto y cuidado de no estropear el carácter del barrio.

El detalle de los carteles de las tiendas (tanto de marcas modernas como de comercios clásicos) es una de las señas de identidad de la ciudad.

En el casco antiguo, dos emplazamientos se pelean por ser la auténtica Casa de Mozart: La Mozarts Geburtshaus (donde nació y vivió hasta los 17 años) y la Mozart Wohnhaus (donde se mudó después). Nosotros visitamos la primera, donde conservan entre otras frikadas pelos de Mozart, un violín de cuando era un crío y el clavicordio donde presuntamente compuso el Requiem y las Flauta Mágica. Como dentro no dejaban hacer fotos y fuera se nos caían los dedos a pedazos, os dejamos una foto de lo mejor que hizo Mozart por la humanidad, según los comercios locales:

Y es que en esta ciudad de chocalcólicos, si no vienes estudiado de casa te crees que Mozart era un pastelero del siglo XVIII.

La tercera afición más importante de Salzburgo (la primera es hacer dulces con la cara de Mozart y la segunda es escuchar la banda sonora de Sonrisas y Lágrimas hasta que te venza el agotamiento) son los huevos de Pascua. Hay varias tiendas cerca de la Catedral con miles de huevos travestidos en todos los estilos artísticos que uno pueda imaginar (todos horteras, por supuesto).

A uno que es mediterráneo y descreído, esto de los huevos de Pascua le viene un poco lejos. ¿Dónde está la gracia? ¿Qué haces con ellos después de Semana Santa?

No obstante, aunque con buen tiempo debe ser una delicia pasear por esta ciudad, no recomendamos a nadie viajar en Enero en plena ola de frío en centroeuropa...

Así de tiesos se quedaron los 32 niños de una excursión que pasaba el día por la zona.

Aunque para unos artistas como nosotros lo bonito del paisaje tiene sus ventajas:

A esta foto le pondremos un nombre tipo "Soledad en blanco intenso" y ganaremos un concurso cuando seamos mayores. ¡Lo prometemos!

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