Los Angeles

Quién le iba a decir al gobernador español Felipe de Neve, cuando en 1781 fundó un pueblecito al lado del desierto con el sobrio nombre de "El Pueblo de Nuestra Señora la Reina de los Angeles del Río de Porciúncula", que éste se iba a convertir en uno de los motores económicos del planeta.


Ou yeah!

Y es que actualmente Los Angeles es la segunda ciudad más grande de los Estados Unidos, con más 10 millones de personas repartidos en su término municipal, y su potencia económica es tal que si el Condado de Los Angeles fuera un país independiente, su PIB lo situaría entre los 20 primeros del mundo.


La zona es una inmensa conurbación que se extiende hasta donde alcanza la vista, al igual que el manto de polución.

Su situación en la Alta California hizo que el pueblo pasara a Méjico tras su independencia de España en 1821, para finalmente ser vendido a los Estados Unidos al final de la guerra con Méjico en 1848. Esta situación fronteriza ha creado una cultura mezcla entre mejicana y americana muy curiosa; de hecho, comprobamos que el spanglish, algo que pensábamos que era poco más que un mito urbano, es una realidad tangible. No parabas de escuchar cosas como "I mean, necesitas twenty cents no más". Realmente estremecedor.

El centro de Los Angeles es curiosamente la zona menos visitada. La chicha está en los alrededores, por lo que para ir de visita hace falta un coche, mucho tiempo y una paciencia infinita ante los atascos...

Habiendo dinero, puedes construir hasta la misma orilla de la playa. La zona al norte de Santa Mónica tampoco es una maravilla...

La cantidad y calidad de la oferta californiana es brutal se mire donde se mire: espectáculo (Hollywood), ciencia (Caltech, Berkeley), tecnología (JPL, los Skunk Works...), naturaleza (el desierto de Mojave o el parque Yosemite), famoseo (Beverly Hills), petardeo indisimulado (Venice Beach y sus metrosexuales de catálogo)... Como dijo un eminente personaje nacional: "A quien quiera yegua yegua, a quien quiera caballo caballo".


Panorama desde el mirador en Mulholland Drive (Click para ampliar, you know). Según hemos encotrado en internet, aquí se puede apreciar, de izquierda a derecha: Las montañas Santa Ana, Hollywood (en primer plano), el boulevard Wilshire, el Puerto de Los Angeles, la península de Palos Verdes, la Isla de Santa Catalina y la zona del aeropuerto internacional LAX. Por cada cosa que veas te convalidan una revisión en un oftalmólogo.


La sensación por la zona es de una extraña familiaridad. Es la primera vez que estás, pero parece que ya lo conoces todo.


El culto a los coches en este país es caso aparte. La gente usa las placas de matrícula para lanzar mensajes de apoyo a sus equipos preferidos, para reafirmar su masculinidad y/o religiosidad, o incluso para concienciar a la gente de qué hacer si te pasas de frenada.



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