Como contamos en un post anterior, el sitio más concurrido en Holanda por los turistas ávidos de ver molinos es el pueblo de Zaanse Schans, cuya cercanía a Amsterdam lo hace ideal para una excursión de un par de horas.
Sin embargo, existe un campo de molinos mucho más auténtico y recomendable unos pocos kilómetros al este de Rotterdam: Kinderdijk.
El propósito de estos molinos era el de traspasar agua. Bombeaban agua de un nivel a otro para mantener secas las tierras ganadas al mar. Por ello, estos molinos se encuentran entre canales, y la manera más recomendada para visitarlos es alquilar un paseo en barca entre ellos.
Al contrario que Zaanse Schans, los molinos son privados y no están abiertos al público, así que lo mejor es complementar ambas visitas.
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