Aunque la gran mayoría de la gente sólo considera Selçuk como la base de operaciones para visitar las ruinas de Éfeso, esta pequeña ciudad de poco más de 25000 habitantes está cargada de historia por sí misma.
No en vano, aún conserva las ruinas de una de las Siete Maravillas del mundo antiguo: el Templo de Artemisa. La historia de este templo es un sinfín de construcciones y reconstrucciones, y actualmente sólo existe una columna en pie formada por la unión de diversos fragmentos encontrados (y algunas piezas esparcidas por el suelo), con lo que es difícil hacerse una idea de la majestuosidad de este edificio.
El templo que obtuvo la calificación de maravilla fue construido en torno al año 550 a.C. y destruido por un incendio el 21 de Julio de 356 d.C, la noche que, según la leyenda, nació Alejandro Magno.
También alberga la ciudad la Basílica de San Juan, construida en el siglo VI. Según se dice, San Juan escribió su evangelio en esta ciudad al final de su vida. La creencia popular afirmaba que estaba enterrado en una tumba existente en la colina de Ayasuluk, por lo que el emperador Justiniano mandó construir una basílica consagrada al santo. Aunque no conserva casi nada del edificio original, los restos dan una idea de lo imponente del edificio.
La basílica de San Juan con la ciudadela bizantina al fondo.
La majestuosidad de la entrada y los escalones de mármol dan una idea de cómo fue el lugar. un famoso sitio de peregrinación durante la Edad Media.
La majestuosidad de la entrada y los escalones de mármol dan una idea de cómo fue el lugar. un famoso sitio de peregrinación durante la Edad Media.
La ciudad está dominada por la colina de Ayasuluk, donde se encuentra la ciudadela bizantina del siglo VI. Actualmente está cerrada al público mientras se prolongan (parece que interminablemente según cuentan los locales) las obras de restauración.
Los visitantes se ponen cómodos esperando que acaben las obras.
Bajo la colina se encuentra la Mezquita Isa Bey, construida en el año 1375 a caballo entre el estilo selyúcida y el otomano.
Entrada de la Mezquita Isa Bey.
Cerca de la mezquita se encuentran unos baños romanos, según nos contaron. No sabemos el motivo, pero no aparecen indicados en las guías ni señalizados en el pueblo. Probablemente fueran descubiertos recientemente.
Además, la ciudad alberga el Museo de Éfeso, donde se guardan espectaculares piezas encontradas en el cercano yacimiento.
Cuando estuvimos allí el museo exhibía una exposición temporal pequeña pero muy interesante. Tras haber descubierto en los alrededores de la ciudad un cementerio de gladiadores, han desenterrado los restos y han reconstruido las luchas en las que murieron. En la exposición se encontraban las lápidas, las armas y las armaduras usadas, así como las reconstrucciones de cómo habían muerto en el combate, con macabras muestras como huesos con marcas de los puñales.
2 comentarios:
Acabamos de llegar de Estambul ahora nos queda ver Turquía como veo has hecho tú. Será el segundo capítulo. Enhorabuena por el blog.
Buenas!
La verdad es que viajando por el interior hemos descubierto un país maravilloso, sobre todo por la acogida de la gente. No te arrepentirás...
Un saludo!
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