Lieja

En este post vamos a tratar un tema tabú que nos va a enemistar con todos los blogs de viajes del mundo. Y es que, sé que cuesta decirlo, pero admitámoslo amigos: en el mundo hay sitios feos. Se usa el tópico de que de todos los sitios se aprende algo. A saber: el placer del viaje, el intercambio cultural, la simbiosis guiri-carterista... chorradas. Hay que ser valiente y reconocerlo: ojalá me hubiera decantado por el plan B.

Pero como somos unos profesionales, ante la duda de si vale la pena escribir o no un post de los sitios así, nuestra vocación de servicio a la humanidad nos hace no escurrir el bulto. Así que prepárense. Señoras y señores, con todos ustedes, Lieja. Fea como ella sola.

Toda la escala cromática entre el gris y el marrón se encuentra aquí.

La visita a esta ciudad surgió en el marco del crossover revoloteos-mundodukako, dentro del proyecto Un fin de semana, cinco países. Así, fueron seleccionadas cinco localidades en cinco países que permitieran ser visitadas en un fin de semana en coche. Las elegidas fueron Aquisgrán (Alemania), Maastricht (Holanda), Metz (Francia), Luxemburgo (ídem) y, como base de operaciones, Lieja (Bélgica). Vaya puntería.

Y es que desde el principio la cosa promete. Cuando te informas, uno de los alicientes turísticos más publicitados son... ¡unas escaleras! Efectivamente, se trata de la calle Montagne de Bueren, que tiene poco más de 400 escalones. No hay que negar que los chicos le ponen interés. Lees cosas como "¿eres capaz de tal hazaña atlética?" o "¡el duro esfuerzo será recompensado con una magnífica vista de la ciudad!".

A la anciana que vimos subiendo los escalones con las bolsas de la compra seguro que no le parece tan bonita.

Para que la vista desde arriba fuera impresionante, falta un pequeño detalle: Una ciudad impresionante que ver. El fondo de cualquier punto de interés es un amasijo de bloques grises y sucios.

La gente se esfuerza en darle interés al tema, pero hay un aire de decadencia general en todo el casco antiguo.

La parte alta de la ciudad está dominada por un monte en el que se halla la Ciudadela. Detrás de este nombre tan llamativo se encuentran unos cuantos bastiones medio engullidos por la maleza.


El edificio más reivindicado turísticamente de la ciudad es el Palacio de Justicia. Construido en el siglo XVI como sede del obispado, mezcla elementos renacentistas en el exterior con elementos góticos en al interior.

Al parecer el interior es grandioso.

Cerca del Palacio de Justicia se encuentra el centro histórico de la ciudad, con varias iglesias notables.

La Iglesia de San Martín, con un origen militar que se remonta al siglo X, ha sido destruida y reconstruida varias veces a lo largo de la historia.

Andamios en la Iglesia de la Santa Cruz.

Mención aparte merecen los nuevos monumentos...

Monumento moderno de esos que si no te gustan te señalan con el dedo y te mira mal la gente con gafas de pasta. Y el caso es que el entorno lo hacía parecer hasta interesante...

Lo de esta estatua es terrorífico. Un grupo de niños se dirije hacia una jauría de obispos como si estuvieran cargando en una batalla. El horror...

2 comentarios:

Unknown dijo...

Cierto, no todas las ciudades son dignas de visitar, y como tu bien dices Lieja es fea co cujons.

M & R dijo...

Gracias por tu apoyo! Sólo esperamos que con esto no nos retiren ahora las recepciones que nos hacían en las residencias de los embajadores cada vez ue visitábamos una nueva ciudad...