Si algo nos quedó claro cuando comentábamos en Holanda nuestra intención de visitar Utrecht, era que para un holandés es imposible separar las palabras Utrecht y Traffic de la misma frase. Y es que la autovía que une Amsterdam y Utrecht puede ser un auténtico martirio...
Esta imagen resume lo más típico de Utrecht: el Canal Viejo, la Torre Dom, puestos de arenques y cientos de bicicletas. Hala, ya podéis hablar como si llevarais media vida allí.
Pero cuando consigues llegar, la visita vale la pena. La ciudad tiene muy buen ambiente, el casco antiguo estaba lleno de gente, y los puestos callejeros estaban rebosantes de arenques, flores, e incluso... ¡churros! (que llamaban Spanish Appetizer, juas). No en vano, la Universidad de Utrecht es la más grande del país, y Utrecht es, después de Amsterdam, la ciudad con más eventos culturales de todo Holanda.
Ambientazo en el casco histórico de Utrecht (ojo, se pronuncia útrejt, no penséis que no os escuchamos).
El centro de la ciudad es típicamente holandés, erigido alrededor del canal principal, llamado Canal Viejo (Oudergracht). En él convergen dos afluentes del Rhin, y tiene la peculiaridad de que en la parte baja, al nivel del agua, tiene unas plataformas laterales en la que los restaurantes ponen terrazas donde esparcirse y disfrutar del frío y la humedad reinantes (en verano supongo que no será así, pero lo que es en Diciembre...).
El símbolo de la ciudad es la omnipresente Torre Dom, de mediados del siglo XIV. Esta torre pertenecía a la Catedral de San Martín, comenzada a construir en 1254. En su lugar varias iglesias previas sufrieron derrumbes o incendios, y la propia Catedral sufriría una suerte similar.
A comienzos del siglo XVI, la financiación de la obra, cercana a su finalización, sufrió un drástico recorte que llegó a amenazar la conclusión del proyecto. En 1674, y debido al precario apuntalamiento de la estructura por las obras aún inacabadas, una fuerte tormenta derribó todo el crucero central.
Debido al hecho de que fuera la primera catedral de Holanda, su estilo es el más cercano al gótico francés. En el resto del país se desarrolló un estilo gótico flamenco que se iría perfeccionando con el tiempo.
Aunque a principios del siglo XX se comenzó una seria restauración del edificio, la parte central no se llegó a reconstruir, por lo que la vista resulta bastante curiosa. Media catedral (las naves laterales y el coro) separadas por una plaza de la torre que se encuentra en lo que debería haber sido la fachada principal.
Vista de satélite de la plaza, con la Torre Dom separada de la parte trasera de la Catedral (Foto: Google Earth).
En la plaza de la Catedral se encuentra también el edificio del Rectorado de la Universidad de Utrecht, con la característica ornamentación blanca y roja que gusta tanto por allí.
Como buena ciudad holandesa, uno de sus focos de atracción es el Mercado de las Flores, donde comprar cualquier cosa que sea verde y/o tenga raíces.
Edificio Pietas, en el lateral del Mercado de las Flores. No tenemos muy clara su función actual, pero decora que da gusto.
También cerca del Mercado de las Flores se encuentra la iglesia de San Willibrord. A ver quién es capaz de traducir esto. ¿Willibrordo? No seremos nosotros quienes lo hagamos...
La parte norte del casco antiguo tenía un par de depósitos como estos. Seguro que tienen una historia apasionante (de hecho tenían una especie de mini-museo al lado), pero no nos dió tiempo a enterarnos. Pero no os preocupéis, hemos pedido ayuda a nuestro amigo el tulipán errante y pronto os informaremos.
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